Febrero fue un mes complicado.
Me quemé. La sobresaturación me llevó a vivir varias semanas con la ansiedad desbocada.
Era preso de mis emociones y mi sistema nervioso no toleraba más exigencias (ni de fuera, ni de dentro).
Así que como era obvio que estaba sufriendo, me tomé muy en serio mi salud mental. Porque si uno no está bien física o emocionalmente, nada puede funcionar. Empecé a practicar de nuevo lo que predico, los mismos consejos que te enseño en el vídeo de esta semana y que puedes ver a continuación:
Pero no me quedé sólo con eso y fui un paso más allá:
Eliminé de mi agenda cualquier compromiso que sintiera una exigencia (ni salir a caminar podía porque la sola sensación de “tengo que” correr al cónsul/prepararme no sequé/etc me disparaba la ansiedad (así de mal estuve).
Dije no a un montón de cosas (ni amigos quería ver) y pasé a servicios mínimos: me limite a ordenar mis días y a atender a mis consultantes.
Dejé de consumir y redes sociales completamente.
Me sentaba en la plaza que esta de camino a casa al salir de la consulta (aún lo hago), , a ver el anochecer. Miraba las nenes en los juegos, los pajaritos cerca de los rosales y corriéndose de los regadores que a las 20 se encendían. Escuchaba los sonidos de la ciudad, observaba la gente caminar por la calle, miraba las hojas de los árboles, las primeras estrellas aparecer, la sensación del viento en mi piel. Aquí y ahora. Sólo eso.
Empecé a practicar Mindfulness en el canal de Youtube de #MindfulScience
Observé mi resistencia a sentirme como me sentía. No quería ese dolor y tenía prisa por quitármelo de encima. Tuve que abrazar la situación. Fue un ejercicio de paciencia, tolerancia y confianza. Yo no quería estar así, pero así estaba. Pelearme conmigo o con la vida no me servía. Y cuando dejé de resistirlo, se me fue la ansiedad. O bueno no se sí "se fue" sino que logamos convivir los dos juntos sin molestarnos...
En cualquier caso, hoy estoy muy bien. (Incluso entusiasmado por un par de nuevos proyectos).
A mí no me había pasado algo parecido desde el 2010 que, a raíz de una pérdida que me sacudió el alma, caí en un agujero de angustia y tristeza. Soy una persona con mucha capacidad de reacomodarme pero nadie es inmune a este tipo de crisis. De hecho, los niveles de ansiedad han aumentado exponencialmente desde el 2010 y no han dejado de crecer desde entonces.
Además, hemos llegado a un punto de sobreestimulación, velocidad e hiperconectividad que nos ha llevado a normalizar la ansiedad. Creo sinceramente que el 80% de las personas que conozco van con ansiedad por la vida. A veces esta ansiedad es leve y funcional, otras, es aguda e incapacitadora.
Sin embargo, no es normal el ritmo e inmediatez que llevamos. No es normal la presión a la que nos sometemos. No es normal el poco descanso que nos damos. No es normal la comparativa a la que nos exponemos. No es normal la de inputs que recibimos al día con la tecnología.
SENTIR QUE NUESTRA ANSIEDAD ES LA PROTAGONISTA INDISCUTIDA DE NUESTROS DÍAS NO ES UNA SENSACIÓN A LA QUE DEBEMOS ACOSTUMBRARNOS
Cuando una persona sufre de un trastorno de ansiedad, sí que podemos hablar de una cura definitiva. Por lo tanto se puede eliminar la ansiedad patológica. En cambio, es probable que las personas puedan volver a experimentar la ansiedad cuando se vean en una situación que consideren de un gran peligro.
De hecho, en estos casos la ansiedad es una respuesta de nuestro organismo para asegurar la supervivencia. Por lo tanto, acabar con esta ansiedad no solo no es posible, sino que además es contraproducente. De este modo, debemos diferenciar la ansiedad patológica de la ansiedad que se experimenta como una respuesta natural del ser humano.
Así que si VOS la sentís, espero que los ejercicios que comparto a continuación, junto a los demás consejos te ayuden a reducir esa angustia y vuelvas a sentir calma y paz mental.
Te comparto 10 acciones que te ayudarán a disminuir este malestar:
1. Haz ejercicio con regularidad
Las investigaciones alrededor de los diferentes estados de ansiedad sugieren que uno de los remedios efectivos para acabar con la ansiedad es precisamente la realización de ejercicio diario. De hecho, no solo nos permite calmar la ansiedad y el nerviosismo, sino que también nos ayuda con otros trastornos como la depresión o el exceso de estrés.
2.Aprende atención plena y meditación
3. Dormí lo suficiente
4. Alimentación sana
5. Salí con amigos, ve gente!
6. Toca, pisa, olfatea! Naturaleza.
7. Las emociones no son olas! Que no te lleven!
8. Si no puedes con tu enemigo, únete!
9. Práctica la gratitud y/o recupera situaciones difíciles que hayas superado
10.Busca ayuda
Te abrazo!
Nahuel
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