Todos sentimos mucha frustración cuando, las cosas que deseamos, no las recibimos o no son lo que esperamos que sean, ¿verdad?
Sin embargo, hay una manera mucho más generosa de ver la vida ¿Cómo reaccionamos cuando las cosas, las personas o las situaciones no son lo que nosotros -o, mejor dicho- lo que nuestro ego quiere?
Frena!, observa a esos “vos” del pasado en momentos en que las cosas no salieron como esperabas. Yo me observo y veo que me frustro, surgen sentimientos de enojo y culpa, saltan pensamientos como “la vida es injusta”, “nada me sale”, “no fue suficiente”, “algo hice mal”, “estoy cansado de no conseguir lo que quiero” y cosas por el estilo… ¿Te suenan?
¿Qué pasaría si pudiéramos dar otro vistazo a esos momentos pero desde una mentalidad más abierta para contemplar cómo, aunque no recibimos lo que deseábamos, igual sí recibimos lo que necesitábamos?
¡ADVERTECIA!
Va a saltar el ego a decirte que es un atropello que te hagas este tipo de preguntas, que cómo se te ocurre siquiera contemplar las cosas así, que cómo vas a poder “necesitar” tal o cual cosa…
Sonríele a tu ego (en pleno berrinche) y te invito a que, con humildad hacia la vida y hacia tu espíritu, lo contemples.
“En este momento (vos pone la situación que está en tu mente) no recibí lo que deseaba y las cosas no se dieron como esperaba, me abro a contemplar qué es lo que la vida me estaba dando que, de alguna manera, era o sería necesario para mi vida”
Pueden surgir dolores y tristezas… y aunque estas son incómodas no hacen daño, así que dales el espacio y permíteles que fluyan y se expresen. Y, muy importante, no te apresures en responder. Muchas veces el solo hecho de plantearnos una pregunta y dejarla sin responder, abre una puertita a nuestro subconsciente que se queda dándole vueltas hasta que solito él nos muestra la respuesta.
El ejercicio, si lo queres llevar a tu día a día se complementa siendo consciente de que, cuando las cosas no salen “a tu favor”, te recuerdes que existe otra manera de contemplar la vida y es
abriéndonos a reconocer que aunque no tengamos lo que nuestro ego pide, sí que tenemos lo que nuestro espíritu necesita (sí, aunque en ese momento no lo comprendamos).
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Espero que este post sea de inspiración para vos que te haya llegado en el momento más oportuno.
Muchas gracias por estar aquí, por leerme, por escucharme y por dejarme entrar en tu mundo.
Nahuel
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